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FUNDAMENTO TEÓRICO

Palabra e imagen: la dialéctica

La discusión permanente acerca de la relación entre los conceptos de visualidad y escritura es tan larga y sinuosa como la historia de la cultura en todas sus formas. Esta larga tradición, que se remonta a la antigüedad clásica, debe sus manifestaciones más conocidas a Simónides y Horacio. En efecto, es Plutarco quien le atribuye a Simónides de Ceos la afirmación de que la pintura es “poesía muda” y la poesía “pintura parlante”. Por su parte, la sentencia horaciana del ut pictura-poesis - “como la pintura, así es la poesía”-, se ha convertido en la formulación más afortunada e influyente en la historia de la comparación inter-artística. Rensselaer W. Lee explica cómo esta analogía se propone como una norma que invita a que las “artes hermanas” se imiten entre sí. Como es de esperar en algún momento alguien se iba a dar el trabajo de escribir un texto que hable sobre esto y fue de la mano de Gotthold Lessing en el año 1766 cuando fue publicado el libro “Laocoonte” en donde trata sobre artes espaciales y temporales, dirigida contra aquellas transgresiones artísticas de la poesía o las artes figurativas que el famoso dictum ut pictura poesis de Horacio podía alentar o justificar.

Desde entonces los arcos referenciales entre realidad y representación, a partir de la cual se define la naturaleza y función de cada arte tienen distinciones a nivel de dimensiones en donde se conjuran frente al público. De modo que, al referirnos a la relación entre pintura y poesía y por definición a la literatura, no estamos ante una simple temática de la historia de las artes, sino ante un problema que afecta la definición de los sistemas artísticos y su relación con la realidad. Así entonces, gran parte de la historia de la cultura se ha constituido a partir de una lucha de dominación entre signos lingüísticos y pictóricos.

La propuesta será confrontar y discutir los cruces entre palabra e imagen, escritura y elaboración visual, a partir de obras que sostengan la relación entre visualidad y escritura fuera de toda supeditación de la una a la otra.

Así, y más allá de un sistema de comparaciones, la apuesta es a la condición de autonomía que tienen ambas expresiones y su relación intrínseca, opuestos pero irreductibles. Condición necesaria para que ambos fenómenos de la expresión humana se abran paso hacia situaciones más complejas en la hermenéutica de los procesos de creación entre textos e imágenes.

El Arte y La Literatura

La relación entre estas dos disciplinas está completamente ligadas a una forma de expresión de la humanidad. La literatura en sí comunica y genera una experiencia única y especial haciendo uso de la palabra. El artista literario, en este caso el escritor, manifiesta sus ideas, sueños y emociones de una manera sensible y meticulosa. La función del lenguaje mediante esta forma de expresión puede ser diversa, emotiva, reflexiva o estética, y lo puede hacer escrita u oralmente. Los primeros textos literarios se comunicaban a través de la expresión oral. A través de ellos, se transmitían ideas, conocimiento y maneras de explicarse el mundo y su origen.

La memoria era una capacidad muy utilizada y practicada, ya que, al no haber escritos, se hacía uso de ella para después recitar a través de cantos rítmicos con una métrica específica, lo que conseguía que fueran agradables al oído al momento de transmitirse. Este tipo de expresión oral brindaba espontaneidad y era una forma distinta de interacción entre el emisor y el receptor de la idea, por lo mismo, también era fugaz y quizá se iba perdiendo mucho del contenido importante a lo largo del tiempo.

La necesidad de conservar mucho del contenido conceptual de la literatura oral dio paso a la literatura escrita. A partir de este momento, surgen nuevos cambios para este género, ya que nace la idea de los autores individuales y la literatura como un medio de expresión placentero y de entretenimiento para el pueblo que poco a poco se hizo más duradero y del cual existen cientos de ejemplares. Un escrito literario va más allá de informar, cuantificar o dar una noticia. Este más bien deleita, intriga, embellece, remueve sentimientos y crea espacios mentales muy particulares para el ocio y disfrute del ser humano, nada más apegado a cualquier de expresión artística. Con todo lo mencionado anteriormente, puedes darte una idea más clara de la relación que existe entre el arte y la literatura, ya que, al ser una expresión que cumple ciertas normas, sigue ciertos lineamientos y, sobre todo, que busca construir una forma de expresión verbal a través de diversas figuras retóricas que enriquecen y embellecen un discurso, relato o escrito, lo cual hacen de ella un género muy particular y sin duda perteneciente al arte.

Existen innumerables ejemplos en que el arte es retratado por la literatura, decidamos entonces invertir el proceso desarrollando obras pictóricas que partan desde la literatura como lo hicieron los impresionistas en su minuto a partir de las letras de Emile Sola y viceversa. O inspirados por un poema épico se desbordaron imágenes tan pregnantes como el Infierno de Dante ilustrado por Doré.

Hoy el texto está incorporado de manera evidente en la superficie de la pintura, desde Basquiat hasta el mundo del grafiti, donde los códigos visuales se establecen como parte del constructo de la imagen.

Para finalizar no olvidemos a los autores, quienes desde la silla en frente de la pluma a la máquina de escribir han creado mundos tan simples como los cuentos de los hermanos Grimm hasta Tolkien o Umberto Eco con situaciones en donde se describen mundos fantásticos o situaciones alambicadas en medio de la ciudad.

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